Qué es la consagración a Jesús por medio de María y por qué es importante para ti

El Sagrado Corazón de Jesús quiere reinar en tu vida, y así como en su primera venida, lo hizo por medio de la Virgen María, de igual forma, para reinar en ti ha dispuesto que Ella prepare tu corazón.

La consagración es un acto de entrega total a Dios, renovando los votos bautismales y confiando en María como el camino más corto, seguro y perfecto para llegar a Jesús. San Luis María Grignion de Montfort lo describe como una "perfecta renovación de los votos y promesas bautismales". En palabras del tratado: "Cuanto más te consagras a María, tanto más te unirás a Jesucristo".

Si bien su fundamento es bíblico, primero en la Encarnación, cuando el Padre entrega a la Virgen a su Hijo (Cf. Jn 1,14; Lc 1, 31.38). Del mismo modo que el Verbo se confió a Ella, así también nosotros. Y en el momento vértice del Calvario, Jesús le hace entrega del discípulo (Jn 19, 27)... San Luis María Grignion de Montfort propone un método o itinerario espiritual aprobado oficialmente por el Papa Pío X en 1909 y recomendado por la Iglesia Católica por su profundidad y eficacia en guiar a los fieles hacia una unión más íntima con Cristo. 

Grandes Santos como el Papa San Juan Pablo II, quien adoptó el lema "Totus Tuus" inspirado en las enseñanzas de Montfort y San Maximiliano Kolbe, han sido consagrados a Jesús por María y la han promovido.

Y es que, los corazones de Jesús y María están íntimamente unidos. Por tanto, La espiritualidad del “Totus tuus”, es una espiritualidad bíblica de Alianza y de consagración, válida para todo cristiano, ya que se fundamenta en el misterio de la Encarnación y en el Bautismo y está orientada a que el cristiano viva su vocación a la santidad como discípulo misionero de Cristo, la Sabiduría Encarnada.

Para esta respuesta fiel, constante y creciente el consagrado se apoya en una unión íntima y en una donación y dependencia total a María, la primera y más perfecta discípula misionera de Cristo.

¿Por qué es importante y urgente consagrarse?

La Virgen de Fátima, en sus apariciones de 1917, pidió la consagración a su Inmaculado Corazón como medio para alcanzar la paz mundial y la conversión de los corazones. Este llamado resuena con la devoción al Sagrado Corazón de Jesús, que nos invita a refugiarnos en su amor infinito: "He aquí el Corazón que amó tanto a los hombres, que no escatima nada hasta agotarse y consumirse, para mostrarles su amor".

La consagración es una respuesta al amor del Sagrado Corazón de Jesús

El método de San Luis María tiene una conexión directa con la devoción al Sagrado Corazón, pues apunta a un amor profundo y reparador hacia Jesús. Como dijo Jesús a Santa Margarita María de Alacoque: "Mi Corazón divino está tan apasionado de amor por los hombres, que ya no puede contener las llamas de su ardiente caridad" y consagrarse es corresponder a este amor divino.

El objetivo de la consagración es: llevar a los corazones humanos al amor y la gracia de Cristo a través de María.

"Ganar al mundo para Cristo, mediante la Inmaculada”

¿Cómo consagrarse?

El método de consagración se desarrolla en varias etapas clave, y San Luis María lo detalla principalmente en su Tratado de la verdadera devoción a la Santísima Virgen María. Aquí te explico los elementos fundamentales:

1. Entrega Total a Jesús por María

San Luis María propone que, al consagrarse, se entregue todo lo que somos y poseemos: cuerpo, alma, bienes materiales y espirituales, e incluso nuestras virtudes y méritos. Esto se realiza a través de María, pues él dice: "Si consagras a María tus acciones, pensamientos y deseos, ella los purificará, embellecerá y presentará a Jesús". Es una entrega total, sin reservas, confiando plenamente en la mediación de la Virgen para alcanzar a Cristo.

2. Preparación Espiritual

El proceso de consagración incluye un tiempo de preparación de 33 días. Este período se divide en diferentes etapas:

  1. Vaciarse del espíritu del mundo: Reflexionar sobre los apegos terrenales, reconocer y luchar contra los enemigos del alma: mundo, demonio y carne.

  2. Conocimiento de uno mismo: Adquirir plena conciencia de sí mismo para desterrar nuestros vicios y fomentar nuestras buenas cualidades a fin de alcanzar la santidad.

  3. Conocimiento de María: Conocer y vivir la verdadera devoción a la Santísima Virgen María y su papel en el plan de salvación de Dios.

  4. Conocimiento de Jesucristo: Reconocer a Cristo como nuestro Salvador y Modelo perfecto.

3. Renovación de los Votos Bautismales

La consagración, en esencia, es una renovación de los votos bautismales, en la que el fiel renuncia al pecado y se consagra totalmente a Dios. San Luis María enfatiza que este acto es una manera "perfecta" de vivir el bautismo. que no debe quedarse en un mero acto, sino vivirse diariamente en la cotidianidad de la vida.

4. Acto de Consagración

Al final de los 33 días de preparación, se realiza la oración de consagración dentro de la Misa, en un rito especial de consagración. Este acto es solemne y representa la culminación del compromiso espiritual. Es un acto de confianza total en María y en su intercesión y se escoge para ello una fecha mariana de preferencia. También ese día es impuesta una medalla de la Virgen Milagrosa signo visible de la elección de vida que se ha hecho.

¿Dónde consagrarse?

Existen diversos grupos y movimientos dentro de la Iglesia que promueven y difunden la preparación a la consagración Total a Jesús por medio de María. Sin embargo, desde Stella Maris, te recomendamos dirigirte a Lazos de Amor Mariano (en el botón de abajo), un movimiento laical de misioneros presente en diversas partes del mundo, en el que podrás prepararte para la consagración de manera presencial ó virtual en caso de no haber misioneros cerca.

Es importante que sepas, que si bien el método de San Luis Grignion de Montfort está pensado para hacerse durante 33 días, la preparación de esas mismas 33 lecciones se realiza en 9 meses con Lazos de Amor Mariano, puesto que cada lección se recibe una vez a la semana, con el fin de tener más tiempo para profundizar en dicha lección.

Ahora sí, A Jesús por María